sábado, 19 de diciembre de 2009

Jannis Kounellis 1968. Sin título



Jannis Kounellis 1968. Sin título





-AUTOR: Jannis Kounellis (1936)

-CONTEXTO: Nos encontramos ante una obra de uno de los mayores exponentes del arte povera italiana fechada en el 1968. Se trata de un momento convulso en todo el mundo, tanto en la situación social, con un movimiento pacifista generado por la interminable guerra de Vietnam, protestas revolucionarias en Francia y una sensación general de decadencia en toda Europa que abarcará todos los campos, incluido el mundo del arte.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Amtoni Abad

Nace en Lleida en 1956 en el seno de una familia de gran consciencia artística e intelectual. Su padre era escultor y su madre poeta.
Se licencia en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona en 1979.

Comienza trabajando el dibujo y la pintura pero enseguida se decantará por la escultura utilizando materiales blandos como el plástico trenzado o la goma espuma. Más tarde introducirá estructuras metálicas de uso industrial.






miércoles, 9 de diciembre de 2009

Los últimos instantes: Henry Peach Robinson (I)

Nombre de la fotografía: “Fading awai” (Último suspiro). En España también conocida como “Los últimos instantes”.
Autor: Henry Peach Robinson.
Nacionalidad: Gran Bretaña.
Año: 1858
Técnica: Colodión sobre vidrio.
Tipo: Blanco y negro con virado en sepia.


Los últimos instantes: Henry Peach Robinson (II)

Sobre el autor:

Henry Peach Robinson nació en 1830. Era una persona de gran talento y constancia. En su vida, además de dedicarse a la fotografía, fue vendedor de libros y pintor. Muy influenciado por la pintura romántica de Turner, es considerado como uno de los padres del pictorialismo fotográfico . También fue uno de los grandes luchadores a favor de la inmersión de la fotografía en el mundo del arte. Es autor de algunos tratados sobre el arte fotográfico, como “Pictorial Effect in Photography” (1869), “Picture Making in Photography” (1884) o “Artistic Effect in Photography” (1885), donde defiende la ruptura del automatismo en fotografía y su elevación a la categoría de arte (pictórico). Sus ideas sobre la “perspectiva atmosférica”, el “aire pleno”, la “luminosidad”, emparentan su trabajo con el naturalismo y el impresionismo pictóricos de finales del siglo XIX.

Kurt Schwitters - Collage


AUTOR: Kurt Schwitters

TÍTULO: Sin título

TÉCNICA: Collage, técnica mixta sobre papel

DIMENSIONES: 15 x 12.1 cm

FECHA: 1921




Princess XX - Constantin Brancusi


AUTOR: Constantin Brancusi

TÍTULO: Princess X

TÉCNICA: Bronce pulido

DIMENSIONES: 61,7 x 40,5 x 22,2 cm

FECHA: 1915 - 1916

LOCALIZACIÓN: Philadelphia Museum Art




martes, 8 de diciembre de 2009

La Nueva Bohemia

"El vanguardismo, el dinero, la posición, lo chic e incluso la idea de la sexualidad en los años 60 tenían implicaciones en el mundo del Pop Art. El sitio, sin duda alguna, era la galería de Leo Castelli en el número 4 de la calle 77 Este. Castelli contaba con Johns, Lichtenstein, Warhol, Robert Rauschenberg, James Rosenquist, los más importantes. Era allí donde entonces se daban los retoños de la cultura, las hermosas jovencitas de caderas en guardia, divididas en hemisferios por las costuras de los recios pantalones tejanos, que asaetaban con mohines culturales desde sus pequeños ojos egipcios.

Sólo Dios sabe los bien que los artistas Pop se identificaron con el fenómeno. Si los expresionistas abstractos llegaron a tener tan desastrosos problemas en la práctica del doble registro desde la Danza de los Bohemios, a la Consumación, si Pollock, Newman, Rothko (en realidad todo el grupo) tuvieron siempre pendientes sobre ellos sus propios ideales bohemios y antiburgueses como el más vengativo y acechante super-yo de la historia de la psicología, los artistas Pop, en cambio, practicaron el doble registro con la inquietud moral que pueda sufrir una cinta magnetofónica grabada en sus dos bandas. Hicieron su aparición en escena dotados de una más alta síntesis de conducta personal: precipitarse en los lujos del gran mundo, le monde, y hozar en ellos con absoluto abandono era simplemente parte de la nueva bohemia. Sin más."



Tom Wolfe. La palabra pintada.


lunes, 7 de diciembre de 2009

El mercader de arte Alfred Flechtheim

AUTOR: Otto Dix

TÍTULO: El mercader de arte Alfred Flechtheim

TÉCNICA: Mixta sobre tabla

DIMENSIONES: 120 x 80 cm

FECHA: 1926

LOCALIZACIÓN: Neue Nationalgalerie, Berlín




Otto Dix retrató al mercader Alfred Flechtheim en 1926 de una manera soberbia, con trazos expresionistas y basándose en su concepto de nueva objetividad. Se trata de un personaje de gran carrera como coleccionista y lo deja reflejado al presentar en el retrato dos obras cubistas, probablemente de Juan Gris del que era gran admirador.
Dix tuvo una larga trayectoria como artista, tocando varios estilos hasta llegar al suyo propio. Es difícil catalogarlo dentro de un movimiento ya que su pensamiento y su forma de ver el mundo y el arte distan bastante de sus contemporáneos. Aún así, lo podemos conciliar con el movimiento de la verdad, o verismo, corriente seguida por bastantes alemanes en esta época; donde plasmaban la realidad social del momento. Lo tacharon de conservador, artísticamente hablando, debido a su empeño en pintar lo real y su desapego al arte que llevaba hacia la abstracción. Él no negaba este aspecto; se llamaba a sí mismo primitivo y popular.
“Necesito la vinculación con el mundo sensorial, el valor para la fealdad, la vida sin diluir...”
Con estas palabras describe de una manera clara su modo de ver el arte. Vivió de primera mano los horrores de la guerra y piensa que eso es lo que debe reflejar en su pintura; la realidad, el horror, la fealdad. Y eso hizo que se haya convertido en uno de los pintores más importantes de Alemania, a pesar de que en ocasiones su obra fuese expuesta como Arte degenerado, o se haya quemado buena parte de la misma.
Como retratista fue también muy prolífico. A pesar de que negaba la premisa de que los retratistas actuaban como psicólogos dejando ver lo mejor y lo peor de cada persona, realizó obras donde los personajes llegaban casi a verse como una caricatura de sí mismos. Su lema era “confía en tus ojos”, y es que sus ojos veían más allá de los rostros o la ropa. Con cada gesto exterior, representaba también el interior del retratado, que eran uno.
En este retrato vemos a un hombre envejecido y cansado, con los ojos mustios y un traje no demasiado elegante. Aquí vemos a través de los ojos de Dix, que desde luego, no debía gustar mucho de este marchante. Con un cuadro cubista en una mano y documentos en la otra, nos aclara no solo el papel de marchante del personaje, sino sus preferencias de estilo, dándole la espalda al arte alemán. También, con ese gesto y rasgos, vemos frialdad ante lo que le rodea, pasando a ser tan solo un comerciante que ya no se entusiasma con el buen hacer de los artistas.
Por lo tanto, aunque Otto Dix tache de palabrería barata las afirmaciones sobre el papel de los retratistas, él mismo actúa como un destripador del interior, de la verdad o de lo que él considera verdad. De hecho su arte es una continua visión subjetiva de la realidad, la manifestación de su yo artístico sobre los objetos o las personas que pinta.
Seguramente conocía más retratos de este mercader. En concreto el realizado doce años antes por Marcoussis, ya que, a pesar de ser de puro estilo cubista, la estructura y los elementos son muy parecidos, mostrando al personaje rodeado de sus adquisiciones. Sin embargo, son obras completamente distintas. La expresión y la forma son los pilares que afianzan este retrato, dejando a un lado cualquier tipo de adorno o abstracción.
Cada pincelada de Dix es un estudio minucioso de la forma. Un dejarse llevar por sus ojos. Un realismo subjetivo. Una expresión rotunda y personal. De ahí lo genial de su arte, y por lo tanto lo genial de esta obra.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Mujer con cesto - Juan Gris



AUTOR: Juan Gris

TÍTULO: Mujer con cesto

TÉCNICA: Óleo sobre lienzo

DIMENSIONES: 92 x 73 cm

FECHA: 1927

LOCALIZACIÓN: Colección particular



Nos encontramos ante un cuadro con una escena costumbrista donde una mujer sujeta un cesto de mimbre, con hojas y fruta, delante de una pared con un espejo. Con esta descripción podríamos pensar que estamos ante una obra del siglo XIX, cuando escenas de este tipo primaban en todos los salones; pero esta pieza se compone de un fondo azul, roto por una superficie ovalada que degrada el color hacia el centro con un tono más oscuro. Delante, cuatro manchas de color geométricas perfectamente delineadas conforman la piel de una muchacha, con tres tonalidades carnosas, y su blusa blanca. Delinea la figura, un trazo simple, a modo de boceto o dibujo preeliminar, creando rugosidades en la zona textil. Las manchas de color no están en perfecta alineación con el trazo de la figura, quedando en algunos sitios el color fuera, y en otros, sensación de transparencia por la visión del fondo azul.

No se trata de una casualidad o un capricho del artista esta forma de trabajar. Juan Gris, el autor, llegó a este tipo de composición después de mucha reflexión y evolución dentro de su estilo. Se trata de su último cuadro, y desgraciadamente, no es su etapa de madurez ya que tuvo una muerte prematura con tan solo 40 años.

Juan Gris llegó a París y conoció a Pablo Picasso cuando empezaba a pintar “Las señoritas de Avignon”. Se adentró totalmente en el estilo y en la forma de hacer cubista, llegando a ser uno de los mayores exponentes. Hay autores que afirman que por su pureza, tanto estilística como de pensamiento, es el mayor ejemplo del movimiento.

Su capacidad analítica está presente tanto en su obra pictórica como en sus artículos sobre arte y pensamiento, ya que publicó en revistas de arte durante prácticamente toda su carrera. Tiene la concepción platónica de que la idea es anterior a la cosa, y partiendo de esa premisa, se inmiscuye en terrenos que otros como Braque y Picasso estaban explorando también; pero Gris lo hace de una manera particular:

«Trabajo con los elementos del espíritu, con la imaginación, intento concretar lo que es abstracto, voy de lo general a lo particular, lo que significa que parto de una abstracción para llegar a un hecho real. Mi arte es un arte de síntesis, un arte deductivo, como dice [Maurice] Raynal (…) Considero que el lado arquitectónico de la pintura es la matemática, el lado abstracto; quiero humanizarlo: Cézanne, de una botella hace un cilindro; yo parto del cilindro para crear un individuo de un tipo especial, de un cilindro hago una botella, una cierta botella» .

El cuadro a tratar no está en esta etapa de su carrera, donde las premisas cubistas son su línea de trabajo. En la década de los 20, cuando se enfrenta a la enfermedad que le lleva a la muerte, se desarrolla una nueva etapa. Es su época más exitosa, con numeras exposiciones individuales y un reconocimiento público notorio, pero él ya no vive en París y se aleja del bullicioso mundo artístico. Estilísticamente ha dado un paso más: deja a un lado las formas cubistas estrictas y se inmiscuye en lo que él llama “la vuelta al orden”. Seguramente debido a su enfermedad hay muchas naturalezas muertas, ventanas y paisajes. Se trata de un estilo más naturalista, de carácter sereno y tranquilo que deja su impronta en obras como El mantel azul, El libro rojo, o esta última obra Mujer con cesto, que es una de las más valoradas.

Vemos una clara reflexión y residuo cubista en la forma de componer la figura a través de manchas geométricas que conforman la materia de la figura; su piel y su ropa. También en la falta de ubicación dentro del espacio, ya que solamente hay una pequeña referencia, que es ese espejo de fondo. El cesto de mimbre y las formas rugosas de la ropa nos trasladan a este nuevo concepto del arte de Gris, donde se vuelve a vislumbrar lo matérico, así como el trazo simple pero realista de la figura femenina. Es un trazo frío pero justificado. Gris continúa con su empeño de síntesis en la obra. Es decir, expresar todo con nada.

Nunca sabremos hacia dónde iría la carrera de este artista irrepetible, pero su talento, visible en todas y cada una de sus obras, indica que se hubiese convertido en un artista de los más cotizados en vida. Pocos años después de su muerte, sus cuadros se consideraron como los mayores exponentes de la obra cubista del siglo XX.

Fuentes on line:
- http://mundoarte.portalmundos.com/juan-gris/
- http://www.fundacion.telefonica.com/at/cole/paginas/gris.html
- http://www.enriquecastanos.com/gris_juan.htm
- http://www.spanisharts.com/history/del_impres_s.XX/arte_sXX/imagenes/gris_cesto.html
- http://es.wikipedia.org/wiki/Wiki

Encuentros de Pamplona 1972. Museo Nacional Centro de arte Reina Sofía


La década de los 70 fueron una época convulsa en el mundo. Estamos en los últimos coletazos de la guerra de Viteman y en pleno apogeo del conflicto árabe-israelí. Concretamente en el año 1972, que es el que nos concierne, 11 atletas israelíes son asesinados por el grupo Septiembre negro en los Juegos Olímpicos de Munich. También Irlanda del Norte sufre una masacre importante, la del conocido como Domingo sangriento y poco tiempo después se produce un fuerte golpe de estado en Ecuador.
No todo son conflictos en el panorama internacional mundial en el año 1972; así que cabe destacar que a principios de año, Nixon, presidente de Estados Unidos, ordena el desarrollo del programa espacial de su país. A su vez, el mundo de las tecnologías está despegando a una velocidad muy buena y es precisamente en este año cuando Ken Thompson y Dennis M. Richie inventan un nuevo lenguaje de programación: el lenguaje C y se comercializa la primera consola de videojuegos.
España está todavía en régimen. Quiere alas pero todavía no las tiene. De todas formas hay una ligera apertura de mano del dictador en esa última época, debido a su enfermedad; Franco se estaba muriendo.
3.500 trabajadores de una fábrica de neumáticos van a la huelga y se produce el cierre de la misma. Al cabo de dos meses, dos trabajadores de astilleros son asesinados por la policía en una manifestación por las mejoras salariales. 1972 es el año en que “los saharauis elegirán su destino” y en el que se pone en funcionamiento la central nuclear Vandellós en Tarragona. Diario Madrid, de política aperturista, anuncia la venta de su propio patrimonio debido a los gastos de las acciones legales emprendidas por su repentino e injusto cierre.
A pesar de las dificultades en torno a la libertad que hay en ese momento, en este año en España se celebran eventos culturales importantes como el III festival de teatro en la villa de Madrid, el estreno de la película (mediometraje) de Mercero La cabina, y la reunión de artistas de vanguardia de talla nacional e internacional en los Encuentros de Pamplona.

En estos días del año 2009, el Museo nacional y centro de arte Reina Sofía conmemora los Encuentros de Pamplona con una gran exposición que ocupa gran parte de la tercera planta.
Si bien nosotros cuando asistimos a esta muestra no estamos en las calles de Pamplona, ni en las instalaciones creadas para el evento, ni podemos ver en directo las puestas en escena de artistas y músicos; sí alcanzamos a admirar con perspectiva la fuerza, empeño e ilusión que han puesto todos los participantes en esta iniciativa: los artistas, los comisarios, los financiadores e incluso los espectadores.
Se trata de una amplia exposición que de manera ordenada intenta mostrar con la mayor fiabilidad posible los hechos ocurridos en Pamplona en los días comprendidos entre el 26 de junio y el 3 de julio del año 1972. Para ello, el comisario José Díaz Cuyás, ha reunido fotografías que ilustran momentos concretos de numerosísimas acciones en la calle, de conciertos, de los espacios emblemáticos… ha aportado noticias de periódico, correspondencia entre organizadores y artistas, obras originales, videos de conciertos y audiciones de experimentos sonoros.
El acontecimiento en Pamplona fue una iniciativa totalmente privada. El grupo Huarte era en ese momento uno de los más poderosos grupos de empresas del país y su accionista principal, Félix Huarte quiso de esta manera homenajear y realzar su ciudad natal. Los organizadores fueron el grupo Alea , del que hoy en día apenas se habla. Se trata del primer laboratorio de música experimental en España. Más concretamente fueron Luis de Pablo y José Luís Alexanco que actuaron como mediadores y principales ideadores del proyecto. A estos dos grupos se le dedican las primeras salas expositivas antes de empezar con los encuentros propiamente. Es un pequeño preámbulo para meter al espectador en el contexto.

Estas jornadas de arte tuvieron como coordenadas básicas la vanguardia experimental por un lado y la tradición popular por otro. De esta manera, pudieron disfrutar de conciertos de música tradicional venida de oriente y de las obras que incorporaban nuevas tecnologías como el sonido electrónico a través de la luz eléctrica, por ejemplo, o también de poemas visuales tan innovadores en los 70.
La primera jornada fue, quizá por ser la primera e introductoria, diferente a las demás en programa. Las otras seis tenían un denominador común en la programación matutina, que eran las audiciones de cintas y proyección de diapositivas del arte de los últimos años; proyección en pantalla grande por circuito cerrado de televisión y audición de cintas de las obras plásticas y sonoras generadas por el ordenador. Todo esto seguido de un coloquio diario.
Si menciono esto aquí no es por enumerar sus actividades, sino por resaltar la importancia que le daban los organizadores a las nuevas tecnologías y sus derivaciones artísticas. No solo organizaron muestras con la misma temática diariamente, sino que pretendían hablar de ello en un coloquio diario y sacar las conclusiones oportunas. Esto a mi parecer, es vital para entender la dualidad de las jornadas y a su vez de la exposición que nos toca. Contraponen el arte más experimental y vanguardista del momento, como podían ser la artista performance Esther Ferrer, el rompedor músico John Cage (padrino del evento) o el videoartista Antoni Muntadas, con el más tradicional folklore tanto nacional como internacional. Organizaron conciertos de Txalaparta, también del orfeón pamplonés y su fin de fiesta fue un maravilloso espectáculo flamenco.

Pero ¿Consiguió el grupo Alea la total fusión de esta dualidad y la creación de un certamen cíclico de arte experimental en Pamplona? ¿Lograron el bienestar de artistas, público, políticos y el suyo propio? ¿Lograron crecer como artistas y sacar conclusiones de las nuevas tecnologías ligadas al arte experimental? Por lo que vemos en la exposición de Díaz Cuyás , no lo han conseguido.

En julio de 1997, el Reina Sofía organizó otra exposición recopilatoria de los Encuentros de Pamplona y a la inauguración asistieron algunos de los artistas que participaron. Las palabras de la mayoría eran optimistas y recordaban ese acontecimiento veinticinco años después con perspectiva. Fue un acontecimiento importantísimo y no podía ponerse en duda. Sin embargo, las palabras del organizador Luis de Pablo fueron bien distintas: “Para mí fue una experiencia negativa; fue muy mezquino y triste, con ataques de la extrema derecha y de la izquierda”.
Se trata pues de un ejemplo claro de una de las paradojas vitales más comunes: Puedes poner todos los medios, todo el empeño, el trabajo, la ilusión. Puedes llevarlo a cabo y que prácticamente todo salga según lo previsto; pero si algo sale mal y es un cimiento, un pilar, todo lo demás te parecerá inútil y te llevará a una desilusionada soledad.

En nuestra exposición, la del año 2009, nos perdemos entre las salas. Obras y fotos de obras se acumulan entre documentos, planos y escritos puntuales que demuestran la magnificencia del proyecto de entonces. En ese rotundo caos, vemos la intención clara de mostrar una nueva dualidad; la que se ve después de pasados treinta y siete años: lo genial, majestuoso y bien dispuesto de las jornadas y la problemática organizativa, los conflictos internos y la pesadumbre de las continuas críticas externas.
En la jornada del jueves 29, en la que aparecen dos videoproyecciones del catalán Muntadas, podemos leer en una vitrina tres hojas de correspondencia entre el artista y el grupo Alea. Ellos aceptaban sus presupuestos y le aclaraban que no habría absolutamente ningún problema de espacio para su obra. Agradecían su rápida respuesta y le aseguraban que todo iba muy bien y que el proyecto estaba tomando camino de “convertirse en algo grande”. Esta ilusión del joven grupo lo denotan sus palabras; no hay pegas para el artista, lo quieren allí y todo resultará perfecto.
De hecho, todo estaba resultando perfecto. Pamplona, toda la ciudad, estaba sumergida en una niebla artística. Los espacios eran más que suficientes, no había límites puesto que usaban también la calle. Llaman enormemente la atención las estructuras infladas semicirculares que montaron para crear espacios expositivos y de ocio. Se trata de las cúpulas neumáticas de José Miguel de Prada. Le dedicaron mucho tiempo y trabajo a estas efímeras arquitecturas ya que podemos admirar numerosos planos y fotografías en los distintos momentos de montaje. No se escatimó en gastos, ni en energía de trabajo. Todo estaba resultando bien. Las fotografías muestran un público involucrado, entregado, sonriente. ¿Qué falló?



Los organizadores hicieron un variadísimo programa de 6 días en los cuales, como comenté al principio, se repetían todos los días momentos para el coloquio-debate sobre las nuevas tecnologías y el avance del arte. Esta idea está presente en el momento ya que la exposición muestra numerosos recortes de prensa de época hablando de las tecnologías y de su incorporación en España. Estos debates, al parecer, no fueron demasiado abiertos. Se desviaban los temas hacia los intereses de una minoría y el resto no estaba de acuerdo. Comenzaron las críticas por la falta de comunicación y poco a poco se desencadenó un conflicto que derivó en acusaciones y lanzamiento continuo de críticas que venían de todas partes. De artistas, de comisarios, de políticos, de periodistas…
Hubo otros problemas que también generaron desconcierto e indignación y el comisario lo muestra con recortes de prensa, ya que todo saltó a los periódicos como la espuma: Dionisio Blanco fue censurado y tres artistas retiraron sus obras en solidaridad con él. Chillida, uno de los artistas más prometedores, retiró su obra alegando que ya había autores que expresaban sus ideas. Esto fue debido a una rivalidad personal con otro artista expuesto. Además, tanto grupos de izquierda como simpatizantes del régimen habían hablado en contra de las jornadas y para más INRI la banda terrorista ETA había leído un comunicado declarando su oposición.
Con este ambiente tenso lo que al final resultó en Pamplona fue una gran idea sumida en una amalgama de lucha y desconcierto. Ni artistas ni organizadores sabían qué estaba pasando ni qué hacer.

Las salas ordenadas cronológicamente muestran la obra de los artistas nacionales e internacionales que pasaron por Pamplona en el año 1972; muestran su desorden, muestran el desconcierto, muestran experiencias valiosísimas que se diluyen en un ambiente de caos general. Así es esta exposición. Densa, pesada, muy cansina… pero dejando ese regusto de calidad y emoción que no puedes dejar de ver y que te empuja a seguir indagando. El evento artístico más importante hecho en España y sin embargo del que menos se habla. Un trabajo organizativo de lo más elaborado que termina en decepción.

Fuentes en red:
http://www.abc.es/20091027/cultura-arte/pamplona-reina-sofia-200910271531.html
http://www.elpais.com/articulo/cultura/PABLO/_LUIS_DE_/COMPOSITOR/HUICI/_FERNANDO/MUSEO_REINA_SOFiA_/MADRID/Reina/Sofia/recuerda/arte/radical/Encuentros/Pamplona/elpepicul/19970716elpepicul_7/Tes/
http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/2009/encuentros-pamplona.html
http://www.elpais.com/articulo/portada/Lecturas/cubo/blanco/elpepuculbab/20091107elpbabpor_20/Tes
http://es.wikipedia.org/wiki/A%C3%B1os_1970

Las lágrimas de Eros, museo Thyssen

"Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantanea muerte, es bella."

Rayuela, capítulo 12, Julio Cortázar.





La culminación del placer sexual, era para Georges Bataille un éxtasis cercano al sufrimiento. Un dolor profundamente placentero. La petit mort.
Partiendo de esa premisa, su libro, Las lágrimas de Eros, aúna el sufrimiento, la culpa, el sacrificio religioso y la muerte con el placer sexual. Quizá por lo transgresor del tema esta obra se vio atacada por la censura y no se publicó hasta años más tarde de su creación. André Malraux, ministro de cultura en Francia en ese momento, no era un hombre especialmente religioso, tenía la idea de libertad muy enraizada y luchó de manera abierta por causas nobles durante toda su vida y trayectoria política. Podemos plantear como hipótesis una fuerte presión por parte de la iglesia ante temas para esta institución prohibidos. El caso, de todas maneras, es que el libro dio que hablar antes y después de su publicación, ya que se convirtió en un ensayo esencial para el pensamiento estético, haciendo partícipe al lector mediante la visión de una estupenda selección de imágenes eróticas de toda la historia del arte.

El museo Thyssen inauguró el 20 de octubre la exposición Las lágrimas de Eros, tomando el nombre del libro de Bataille para abordar justamente esa temática. La eterna fusión entre Eros y Tánatos, el placer y el dolor, el orgasmo y la muerte.
Mediante capítulos temáticos, nos presenta un recorrido de 119 obras muy diferentes en tiempo y estilo, que se aúnan de una manera armoniosa generando un todo sensual y atractivo.
Se trata de la primera gran exposición en España que aborda el placer sexual. Guillermo Solana, comisario, aclara que cuando estudió tocar este tema lo hizo pensando en abordar algo universal, que sí se vio en otros países y no aquí. Descarta el tema de la provocación o el poder mediático.
Lo cierto es que Las lágrimas de Eros llega en un momento de crisis tanto para el museo como para el comisario. La del museo se genera lógicamente por la crisis económica general. Subir el precio de entrada en las exposiciones temporales fue una de las primeras medidas tomadas para afrontarla. La crisis de Guillermo Solana es más bien profesional. “A diferencia de Venus, esta exposición no nace del semen de ningún dios, sino de un momento particularmente doloroso en mi vida. Me encontraba en el punto más bajo de mi trayectoria, porque algunos de mis proyectos no habían tenido el éxito que yo esperaba. Eso me indujo a reflexionar sobre el planteamiento de las exposiciones. Lo que he querido con ‘Lágrimas’ es llegar a todo el mundo”. Podemos sacar de estas palabras que lo que Solana buscaba en esta exposición era un fuerte impacto en el público.
Sumando estas dos crisis, es fácil llegar a la conclusión de lo que se pretende con esta exposición, es una medida de choque para frenar los malos resultados pasados. Empezando por la temática sexual, implícita ya en el título, que siempre mueve a las masas y pasando por un enfoque muy decoroso, evitando así las críticas de los más conservadores y atrayendo a un mayor número de espectadores. Además, se ha hecho una campaña mediática sin precedentes. Meses antes de la inauguración se hablaba de ella en tertulias culturales en radio y televisión, estaba anunciada en toda la prensa del país e incluso en la internacional y se elaboró merchandising especial. Se trata pues de un espectáculo que puede ser comparable a un concierto pop.
De todas formas, tanto comisario como museo no defienden esta teoría. Solana afirma que la crisis no afecta al Thyssen y que ha quedado demostrado con la exposición de Matisse que estuvo de junio a septiembre en las salas de muestra temporal del mismo museo. Se reafirma en la postura de que lo que pretende, debido al bajón en trabajos anteriores, es llegar al mayor número de gente posible sin hacer criba por temática o nivel cultural.

El recorrido a seguir en Las lágrimas de Eros es muy coherente y ordenado. Divide los espacios por bloques temáticos y añade cartelas explicativas con un cierto carácter poético, que enriquecen el contenido y aportan a la visita un toque literario interesante. Sin embargo, estas cartelas no profundizan demasiado en el tema en sí, dejando las ideas prendidas por hilos y las obras un tanto cojas.

Empieza con el Nacimiento de Venus, imprescindible en cualquier exposición que toque la sensualidad y el placer. Después, Eva y la serpiente, tema insinuante donde los haya, en donde la mujer se asocia con el pecado y la lascivia. Esfinges y sirenas, donde de nuevo la mujer es símbolo de seducción, esta vez mortal. En Tentaciones de San Antonio, tocan el tema del voyeurismo y las tentaciones carnales y en El martirio de San Sebastián y Andrómeda encadenada, aparece el tema del dolor y el bondage como placer. El beso, es el último argumento que se toca en el museo ya que la exposición continúa en un segundo edificio; en la casa de las Alhajas. Se aborda como visión vampírica y pasión violenta de los amantes. Se asemeja el beso a una especie de canibalismo.
Ya en el edificio de Caja Madrid o Casa de las Alhajas tenemos a Apolo y Jacinto, como muestra del amor homosexual terminado en tragedia; a Endimión dormido, donde vemos la belleza ideal paralizada en el tiempo; las Bellas suicidas, donde se recrea la belleza y la muerte; a María Magdalena sufriendo la muerte de Jesucristo aludiendo siempre al pecado y, por último, los cazadores de cabezas donde la pasión se mezcla con la venganza y el asesinato.

Todos estos mitos están recreados por piezas de diferentes estilos, épocas y categorías. En una misma sala podemos encontrar obras con varios siglos de distancia entre ellas; es por ello que vemos una totalidad global y deja la idea de repetición en la historia. La belleza de Venus a la orilla del mar, por ejemplo, la contemplamos de manera novedosa en el Thyssen a través de una fotografía de Rineke Dijkstra; se trata de una jovencita que emula los gestos de la diosa, tocándose el pelo y en actitud pudorosa. También en la sala de las esfinges vemos una rompedora fotografía de Robert Mapplethorpe donde aparece Patti Smith emulando la postura de una de estos monstruos. Es otro ejemplo de la temática tradicional en el arte contemporáneo que creo muy logrado en esta exposición ya que en todas las salas coexisten las diferentes épocas de la historia del arte.

El sexo es uno de los temas más repetidos a lo largo de los siglos y en Lágrimas de Eros vemos una parte; solo una muestra. Al centrarse en el paradigma de la muerte y el placer, han acotado el universo al que nos enfrentamos de una manera muy decorosa ya que focalizaron la muestra a mitos muy concretos. Ya antes comenté que en España es la primera vez que se realiza una gran exposición abordando este tema y que en otros países ya se había hecho. En la Barbican Art Gallery de Londres en el año 2008 se presentó la exposición Seduced: Art and Sex from Antiquity to Now .

“Seduced explora la representación del sexo en el arte desde los griegos hasta Warhol, un paseo entre 70 distintos artistas que provocan tanto a la mente como a los sentidos del espectador, invitándolo a un debate de bastante controversia, ¿Todo se puede aceptar como Arte?
Los impulsos sexuales es uno de los movimientos más importantes de la existencia del ser humano, en todas las sociedades se ha aludido al sexo de alguna manera, y digo de alguna manera porque la censura, sobre todo de la iglesia, obligó a cada cultura a adquirir distintos tipos de códigos aceptables para mostrar este tipo de imágenes. Cuando la consumación del amor, siempre vista como algo íntimo, se rompe y se muestra sin tabúes muchas sociedades han visto dañada su moral, es aquí donde esta exhibición muestra su lado más discutido y nos invita a considerar la pornografía como arte.”

En esta exposición la temática es más amplia y más explícita. Hay obras de la antigüedad con escenas claramente sexuales y piezas contemporáneas de índole sadomasoquista. Esta galería recibió numerosas críticas por arte de la sociedad puritana inglesa y se generó un debate abierto en todo el país. Esto es algo que tanto el museo Thyssen como el comisario Guillermo Solana quisieron evitar. A pesar de tocar un tema controvertido, lo han hecho de manera suave, con pundonor. En ruedas de prensa y apariciones públicas Solana afirmó que quería una exposición para todos los públicos y que cumpliese con el decoro del museo. Esto me hace volver al tema que toqué al inicio de la crítica donde decía que Lágrimas de Eros es un intento de recuperar pérdidas anteriores con una temática que atraiga al público y una enorme labor de marketing. En mi opinión, para abordar un tema tan recurrente como la sexualidad en el arte, no se debe navegar en medias tintas. Por eso, cuando en el Thyssen tocan el tema de Andrómeda encadenada me falta Araki Nobuyoshi. Esta es una de las salas más llamativas, con una increíble escultura de John de Andrea que parece que abrirá los ojos en cualquier momento. Tiene obras importantes de Dalí, Millais, Óscar Dominguez… Sin embargo, hay obras que entran en el contexto de la Andrómeda de manera forzada, como es la muñeca de Hans Bellmer, que intenta descubrir la mecánica del deseo y evoca a la emancipación femenina. Claro está que las ideas opuestas pueden entrar en el contexto del tema a tratar, pero vería mucho más lógica la incorporación de cualquier fotografía de Nobuyoshi, artista japonés que afirma que “fotografiar es asesinar”. Su obra está siempre evocando a la muerte y tiene numerosas series de mujeres desnudas sometidas a prácticas de bondage. Este fotógrafo crea polémica allí por donde pasa; lo tachan de misógino, de provocador, de obsceno… pero lo cierto es que, hoy por hoy, es uno de los fotógrafos vivos más importantes de Japón.
También se echa en falta en esta exposición fuentes literarias y filosóficas que ejemplificarían muy bien la temática que se expone. El libro que da título a la muestra es mencionado solamente como explicación introductoria, por lo tanto termina siendo algo anecdótico. Estaría bien añadir, por ejemplo, alguna obra plástica o simplemente un apunte con escenas de Justine; el libro del Marqués de Sade que muestra cómo la virtud y la belleza son aplastadas por el vicio.
Son solamente ideas, ejemplos de lo que podrían haber incluido y no han hecho, tal vez por decoro, tal vez evitando polémicas.

Se trata pues de una exposición estéticamente muy atractiva, con una selección de obras variada y pintoresca que genera un paseo muy agradable. A pesar de la falta de erudición, tangible desde la primera sala, el recorrido por los distintos mitos, los diferentes estilos y épocas deja un regusto agradable. La idea es entrar en el museo con expectativas de ver algo bello e interesante, sin más. Es una muestra convertida en espectáculo de masas intencionadamente y por tanto así lo debemos ver. En realidad, se trata de un éxito rotundo ya que la acogida fue y está siendo muy buena. Si con ella se consigue atraer a más gente al museo, y como consecuencia, parte de ese nuevo público se aficiona a ello, entonces habremos ganado. No estaría bien convertir esta tendencia en costumbre ya que los historiadores y demás gente del mundo del arte perderíamos mucho, pero abrir las puertas del museo a más gente con determinadas exhibiciones es algo atractivo e interesante.


Fuentes on line:
- http://www.publico.es/xalok/262054/dar/gente/cosas/impactantes
- http://www.publico.es/culturas/262065/museo/calienta
- http://e-madrid.org/index.php?option=com_content&view=article&id=633:len-epoca-de-crisis-no-podemos-cargar-al-estado-con-cosas-que-sean-un-lujo-para-cuatro-enteradosr&catid=109:entrevista&Itemid=196
- http://www.museothyssen.org/thyssen/exposiciones_actuales
-http://smfdiario.blogspot.com/2009/10/las-lagrimas-de-eros-y-otros-placeres.html
- http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada
- http://www.picassomio.es/nobuyoshi-araki.html
http://www.eurielec.etsit.upm.es/~zenzei/index.php?numero=9&tipo=miscelanea&arch=Hans%20Bellmer
- http://www.radiomontaje.com.ar/fotografos/araki.htm